Muchas veces no es
fácil ser coherentes porque el corazón y la razón no siempre están de acuerdo,
pero esa incoherencia solo tiene un fundamento y es no tener amor propio, no
valorarnos y no estar seguras de lo que queremos y merecemos. Para ser
didácticos, por qué si sabemos que nuestro precio es 1000 nos vendemos por 999?
¿Cuándo ustedes van a comprar en una tienda de lujo alguna cosa se les pasa por
la cabeza si quiera pedir descuento? Y si de hecho lo hacen y se arriesgan a
preguntar, ¿ustedes creen que les van a decir que si? En esas tiendas los
elementos valen lo que valen, si tienes la suma de dinero para adquirirlo bien
y si no la tienes te puedes devolver por donde entraste, no hay lugar a
negociación. Pues así deberíamos ser nosotras, si sabemos lo que queremos y lo
que buscamos en un hombre por qué casi siempre terminamos con uno que está
lejos de nuestras aspiraciones? Como lo dije antes, es cuestión de amor propio,
de seguridad, de saber no solo lo que queremos sino también lo que merecemos y
de ver objetivamente a la otra persona sin idealizarla.
La falta de amor y
autoestima nos hace pensar que no merecemos que nos amen, que nunca vamos a
lograr conseguir estar con un “príncipe azul”, nos hace dar miedo de mostrarnos
como somos por miedo al rechazo y nos hace sentir ansiedad por la idea de
quedarnos solas. Por todo lo anterior es que terminamos involucrándonos con
cualquier aparecido así este bien lejos de ser el hombre que nosotras queremos,
esto se da por que preferimos conformarnos con las migajas, porque pensamos que
menos mal existe alguien en el mundo (así sea de lo peor) que es capaz de
querernos y estar con nosotros y esto puede terminar en relaciones supremamente
toxicas y dañinas y puede profundizar nuestra falta de amor y estima para con
nosotros mismos.
Todas las personas
somos diferentes y bellas en distintas formas, todos, tanto hombres como
mujeres, tenemos cosas (actitudes, aptitudes, formas de ser, pensamientos,
sentimientos, etc) para brindar, entonces por qué no nos centramos en eso y
hacemos que los demás las valoren?… Si hay algo muy cierto que he oído en
repetidas ocasiones, y que no tiene argumento en contra, es que si uno no se
valora no existe nadie en el mundo que lo vaya a hacer por uno y que si uno
mismo no lo hace ¿por qué otro habría de hacerlo?… Es hora de saber quienes
somos y de estar con alguien que nos merezcamos y que nos merezca… No nos
conformemos con las migajas, o nos dan el pan completo o mejor que no nos den
nada. Siempre va a existir en el mundo alguien que este dispuesto a pagar el
“precio” que nos hayamos puesto, porque siempre va a haber alguien que sepa que
realmente lo vale, esto siempre y cuando se vea la calidad del producto
(hablando en términos de mercado) porque así como pasa en la vida real, si
sabemos que lo que queremos adquirir no cumple con las características que
están puestas en la etiqueta y que la calidad realmente no es tan buena, pues
no nos vamos a auto-estafar y no vamos a pagar oro por chatarra.
Y si, en algunos
casos lo que brilla parece oro aunque no lo sea, y en muchas ocasiones damos
con personas que parecen ser una cosa y terminan siendo otra totalmente
diferente. Por eso es bueno tomarnos nuestro tiempo para analizar y verificar
que las características que la persona muestra son reales y genuinas, debemos
tener paciencia e ir con calma y
cautela, porque es que aquí no estamos hablando de una inversión en una
camiseta que si después resulta no gustarnos la podemos botar a la basura, aquí
estamos hablando de una inversión en experiencias de vida y en muchos casos en
una inversión de vida (por ejemplo las relaciones que terminan en matrimonio),
estamos hablando en una inversión que así como nos puede llevar a obtener
ganancias más allá de los esperado también nos puede llevar a una bancarrota
emocional, espiritual, física y sentimental inimaginable.
*Todos los domingos una nueva entrada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario