domingo, 26 de enero de 2014

LAS CONTRADICCIONES Y SUS CONSECUENCIAS (parte II)

Muchas veces no es fácil ser coherentes porque el corazón y la razón no siempre están de acuerdo, pero esa incoherencia solo tiene un fundamento y es no tener amor propio, no valorarnos y no estar seguras de lo que queremos y merecemos. Para ser didácticos, por qué si sabemos que nuestro precio es 1000 nos vendemos por 999? ¿Cuándo ustedes van a comprar en una tienda de lujo alguna cosa se les pasa por la cabeza si quiera pedir descuento? Y si de hecho lo hacen y se arriesgan a preguntar, ¿ustedes creen que les van a decir que si? En esas tiendas los elementos valen lo que valen, si tienes la suma de dinero para adquirirlo bien y si no la tienes te puedes devolver por donde entraste, no hay lugar a negociación. Pues así deberíamos ser nosotras, si sabemos lo que queremos y lo que buscamos en un hombre por qué casi siempre terminamos con uno que está lejos de nuestras aspiraciones? Como lo dije antes, es cuestión de amor propio, de seguridad, de saber no solo lo que queremos sino también lo que merecemos y de ver objetivamente a la otra persona sin idealizarla.
 
La falta de amor y autoestima nos hace pensar que no merecemos que nos amen, que nunca vamos a lograr conseguir estar con un “príncipe azul”, nos hace dar miedo de mostrarnos como somos por miedo al rechazo y nos hace sentir ansiedad por la idea de quedarnos solas. Por todo lo anterior es que terminamos involucrándonos con cualquier aparecido así este bien lejos de ser el hombre que nosotras queremos, esto se da por que preferimos conformarnos con las migajas, porque pensamos que menos mal existe alguien en el mundo (así sea de lo peor) que es capaz de querernos y estar con nosotros y esto puede terminar en relaciones supremamente toxicas y dañinas y puede profundizar nuestra falta de amor y estima para con nosotros mismos.
 
Todas las personas somos diferentes y bellas en distintas formas, todos, tanto hombres como mujeres, tenemos cosas (actitudes, aptitudes, formas de ser, pensamientos, sentimientos, etc) para brindar, entonces por qué no nos centramos en eso y hacemos que los demás las valoren?… Si hay algo muy cierto que he oído en repetidas ocasiones, y que no tiene argumento en contra, es que si uno no se valora no existe nadie en el mundo que lo vaya a hacer por uno y que si uno mismo no lo hace ¿por qué otro habría de hacerlo?… Es hora de saber quienes somos y de estar con alguien que nos merezcamos y que nos merezca… No nos conformemos con las migajas, o nos dan el pan completo o mejor que no nos den nada. Siempre va a existir en el mundo alguien que este dispuesto a pagar el “precio” que nos hayamos puesto, porque siempre va a haber alguien que sepa que realmente lo vale, esto siempre y cuando se vea la calidad del producto (hablando en términos de mercado) porque así como pasa en la vida real, si sabemos que lo que queremos adquirir no cumple con las características que están puestas en la etiqueta y que la calidad realmente no es tan buena, pues no nos vamos a auto-estafar y no vamos a pagar oro por chatarra.
 
Y si, en algunos casos lo que brilla parece oro aunque no lo sea, y en muchas ocasiones damos con personas que parecen ser una cosa y terminan siendo otra totalmente diferente. Por eso es bueno tomarnos nuestro tiempo para analizar y verificar que las características que la persona muestra son reales y genuinas, debemos tener paciencia  e ir con calma y cautela, porque es que aquí no estamos hablando de una inversión en una camiseta que si después resulta no gustarnos la podemos botar a la basura, aquí estamos hablando de una inversión en experiencias de vida y en muchos casos en una inversión de vida (por ejemplo las relaciones que terminan en matrimonio), estamos hablando en una inversión que así como nos puede llevar a obtener ganancias más allá de los esperado también nos puede llevar a una bancarrota emocional, espiritual, física y sentimental inimaginable.


*Todos los domingos una nueva entrada.

domingo, 19 de enero de 2014

LAS CONTRADICCIONES Y SUS CONSECUENCIAS (parte I)

Creo que la mayoría de los problemas en una relación se generan a raíz de las contradicciones entre nuestro pensar y nuestro actuar y esto genera frustraciones en nuestro sentir. Si, los seres humanos somos supremamente contradictorios, vivimos en una lucha constante entre lo que queremos ser y lo que verdaderamente somos y entre lo que queremos hacer y lo que hacemos, sin detenernos a pensar si el camino escogido nos llevará al destino que hemos elegido.
 
Es impresionante, y si, muchas veces triste, ver como muchos de nosotros queremos conseguir algo y hacemos absolutamente todo lo contrario para llegar a eso, muchas veces por ingenuidad, que digamos que en alguna medida es excusable, y muchas otras por orgullo, el que dirán, inseguridad o cualquier razón de mucho menos peso que ser nosotros mismos, razones que son absolutamente reprochables. Pero el problema no es solo ese, también muchas veces no hay coherencia entre lo que buscamos, esperamos, queremos y conseguimos… Así, por ejemplo, buscamos una persona familiar, pero esperamos que no se la pase con su familia ni le de prioridad a la misma porque queremos que la prioridad seamos nosotras y al final resulta que conseguimos alguien que no es familiar. Si queremos que alguien sea familiar debemos permitirle que lo sea.
 
Las contradicciones también nos llevan a hacer cosas o a tomar actitudes y decisiones que no nos sirven para lograr conseguir lo que queremos y esto se da simplemente porque el orgullo, algunas veces, nubla nuestra sensatez y opaca toda lógica posible. ¿Por qué si queremos que nuestra pareja sea tierna, empezamos dejando de ser tiernos nosotros para ver si de pronto el otro se da cuenta de nuestra ausencia de ternura y se pellizca y empieza a ser tierno?  ¿Por qué más bien si lo que queremos es ternura no empezamos dándola? Si sembramos lechuga es imposible que vayamos a recoger tomates… Pero no, no podemos, nos cuesta muchísimo trabajo ser alguien que de hecho queremos ser solo para que la otra persona no se de cuenta que somos débiles, o que estamos enamorados o simplemente para mostrar que podemos ser mas fuertes … el amor no se trata de debilidad, no se trata de fortaleza, no es una lucha de poderes y mucho menos una exhibición de quien puede mas o menos… el amor es simplemente aceptar a la otra persona tal y como es, enamorarse de sus cualidades pero sobretodo de sus defectos.
 
Pero definitivamente no hay peor contradicción que la de no ser nosotros mismos por querer estar con alguien, pretender ser otra persona simplemente para agradar o complacer a otro… Esa contradicción sí que trae problemas y sufrimiento innecesario. Cómo es posible que pasemos por encima de nosotros mismos, que “vendamos nuestra alma al diablo” y sacrifiquemos nuestra existencia y nuestra esencia por algo que al final de cuentas jamás va a funcionar? Porque la verdad sea dicha, una relación que empieza con una persona que no es ella misma esta llamada al fracaso por una o varias razones: (i) llegará el punto en que la persona que ha decidido no ser ella va a explotar, no va a poder contener su deseo de ser y va a sacar a relucir quien realmente es, nadie puede ser quien no es, por mínimo que sea, siempre habrá algo que deje ver su verdadera personalidad y esencia; (ii) en el supuesto que alguien logre ser quien no es y pueda mantener la fachada intacta por mucho tiempo va a ser alguien amargado y frustrado, que nada le da felicidad porque no puede expresarse como realmente quiere, no hay nada mas frustrante que no poder ser y cuando uno no se siente bien con uno mismo simplemente no se puede sentir bien con nadie mas; (iii) si se logra ser quien no es, la persona que se enamora de nosotros no está realmente enamorada de nosotros sino de una mentira, de otra persona, y cuando se da cuenta de la realidad se lleva una gran decepción y posiblemente no quiera vivir engañado y decida alejarse. 


*Esperen la segunda parte dentro de 8 días.

domingo, 12 de enero de 2014

LOS ROLES, EL HOMBRE parte (III)

               III.     A ver quién es más macho

Aunque es cierto que el “machito” siempre ha estado presente en nuestra sociedad y que mucho se ha hablado del tema, esta vez quiero abordarlo, dentro de las hipótesis a las que me he venido refiriendo, desde la perspectiva de que somos las mujeres, a partir de nuestras “necesidades”, quienes los hemos, de cierta manera, incitado a seguir con ese cuento aburridor y anticuado del “mero macho”.
 
Tal y como he venido escribiendo, creo que muchas veces somos las mujeres las que perdemos el norte y nuestra esencia y empezamos a “robarle” el rol a los hombres; cuando esto pasa generalmente entramos en una competencia con nuestra pareja y adivinen que, a nadie le gusta perder! Y en ese entendido claramente el hombre, la mayoría de las veces, sale a defender lo que es suyo y si ya era “machito” pues se va a poner peor pues tiene que demostrar quién es quién y quién es él.
 
A ningún hombre le gusta parecer el bobo del paseo (así de hecho lo sea) y cuando nosotros queremos dárnoslas de “muy malas”, salvo que de verdad lo seamos, lo único que vamos a ocasionar con eso es que el hombre se ponga alerta y salga a defender su rol a costa de lo que sea, pues a nadie le gusta que le quiten lo que es suyo. Y sí, hay que decir que esta no es la mejor solución, de hecho es pésima, pues aquel que no tiene problemas con su masculinidad y con ser quien es no tienen que estar todo el tiempo demostrando lo “macho-alfa” y no estaría dejando al descubierto todo el tiempo su complejo de inferioridad. Pero la realidad es otra y meterse a competir con la masculinidad de un hombre (que tampoco nos corresponde y también es pésima idea) lo pone más masculino, es decir, más “mero macho”, por lo tanto, si no queremos alborotar a la bestia no nos pongamos a ser como ella.
 
Hay hombres que saben llevar muy bien su masculinidad y que, si no nos entrometemos con ella, suelen ser bastante equilibrados. El problema es cuando por nuestras inseguridades, si las de nosotros las mujeres, les recordamos las de ellos y las cosas se empiezan a poner un poco tensas y en vez de caer en cuenta de que le estamos echando leña al fuego y la cosa se va a poner peor, seguimos y además le agregamos gasolina, no tiene sentido!

 
*En la próxima entrada, dentro de 8 días, hablare del amor y nuestras contradicciones.