Cuando decidimos
empezar una relación debemos estar seguros de que vamos a aceptar a la otra
persona con sus defectos y que podemos convivir con ellos en vez de pensar que
la persona va a cambiarlos gracias a nosotros. No estoy diciendo que la otra
persona no pueda cambiar, seguramente habrán casos en que eso suceda, lo que
tenemos que tener claro es que si la persona cambia lo va a hacer por ella
misma y no por nosotros y si lo hace por nosotros no es un cambio real que vaya
a perdurar (no les ha pasado que se meten con alguien que odia el cigarrillo,
ustedes son fumadoras y “lo dejan” y cada vez que pueden fuman a escondidas o
cuando terminan la relación vuelven a fumar?). Es muy egoísta de nuestra parte
esperar que la persona cambie ciertas cosas cuando de antemano ya sabíamos que
las tenía, en vez de estar esperando a que la otra persona haga algo y cambie
por nosotros, nosotros debemos hacerlo y tenemos dos opciones: i) no
relacionarnos con la persona que sabemos tiene comportamientos, características
o actitudes que no soportamos o, ii) aceptar a la persona tal y como es. No le
podemos echar la culpa a alguien por que no es como nosotros queremos, la
responsabilidad es únicamente nuestra por tomar la decisión de estar con esa
persona aun sabiendo en lo que nos estábamos metiendo.
El amor es aceptar a
una persona tal cual es, con sus defectos y con sus cualidades, es sentirse
feliz a pesar de que la pareja tenga cosas que no nos gustan, es tener la
libertad para decidir estar con ella a pesar de los contras que puedan existir.
Y si, parece tan obvio y tan simple, pero como es simple y al ser humano le
gusta enredarse empezamos a concentrarnos en lo difícil sin ver que la vida y
las relaciones son más sencillas de lo que parecen. Hay que ver mas allá de lo
evidente y, sobretodo, hay que aprender a sentir nuestras emociones, si estamos
con alguien que nos hace sentir rabia, dolor, tristeza, desespero, inseguridad
o cualquier otra emoción negativa es tan simple como que esa persona no es para
nosotros, por mas de que intentemos buscar mil excusas para justificar que si
lo es, es tan simple como hacer un alto en el camino y decir hasta aquí llego
yo; pero nos da miedo desprendernos de algo que hemos idealizado. Es tan simple
como cuando ustedes van a un almacén y se miden un pantalón que les queda
horrible y no les horma, ¿lo comprarían así les encante? NO, simplemente lo
devuelven al lugar de donde lo sacaron y salen de la tienda tranquilas y sin
sentirse mal… Y así parezca absurdo es igual con los hombres, si conocen a uno
que no les “horma” pues no deberían “comprarlo” y seguir adelante con
tranquilidad, seguramente en la próxima tienda existe ese pantalón que les
queda divino y realza sus atributos.
No entiendo porque
siempre queremos hacer las cosas complejas para pensar que solo así valen la
pena; y no hay que confundir complejidad con el esfuerzo, porque sí, la
naturaleza humana nos lleva a valorar las cosas que hemos realizado o alcanzado
con esfuerzo y dedicación, pero eso no quiere decir que tengan que ser
complejas.
Si el ser humano
fuera coherente todo fluiría sin ninguna dificultad, sobre todo las relaciones.
Si fuéramos coherentes con lo que buscamos, esperamos, queremos y conseguimos
el único resultado posible sería la tranquilidad, la felicidad y la libertad; y
ser coherentes es una decisión propia, no depende de agentes externos o de
terceros. Pero como no todo el mundo logra ser coherente, situación que la
mayoría de veces se genera por miedo, entonces por lo menos si deberíamos ser
consecuentes y responsabilizarnos por nuestros actos. Si no somos capaces de
tomar decisiones para cambiar nuestra situación, que en este caso sería estar
con alguien con el que no queremos estar o que no nos da tranquilidad o que
tiene cosas que van más allá de nuestros limites, entonces no deberíamos
quejarnos, ni echarle la culpa a la vida injusta, porque lo que si es cierto es
que nadie nos obliga a hacerlo, si estamos en una relación tóxica finalmente
fue porque así lo decidimos.
Esperen dentro de 8 días
“Amar no es una obligación”
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